Avelino Hernández

San Bartolo Coyotepec, 1979

Imperturbable serenidad

Avelino Hernández define su obra como naturalista impresionista. La empezó a concebir de niño, dibujando todo lo que veía e imaginaba, y la ha ido perfeccionando influenciado primero por el trabajo de Frans Masereel y después por sus viajes a la costa.

En sus paisajes el horizonte tiene un papel protagónico. Ese límite entre la Tierra y el espacio que tanto le gusta explorar a este artista nacido en el seno de una familia de artesanos del barro negro.

Egresado de Artes Plásticas en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, donde realizó una destacada obra gráfica, Avelino Hernández ha optado por el óleo para crear sus característicos manglares. El tiempo de secado de este material le permite representar, capa tras capa, la quietud y la inmensidad en las que se pierde todo espectador de su obra.

La belleza del mangle, pero sobre todo su relevancia en la cadena alimenticia, por más de una década ha acaparado el quehacer artístico de Avelino, quien nunca ha desistido de su interés por brindar un arte honesto.

Disciplinado, concentrado en el detalle, con un gran uso de la espátula para lograr vegetaciones y cuerpos de agua altamente texturizados, durante su proceso creativo este artista se imagina sentado en una barca, en absoluto disfrute del silencio y la calma. Es el esplendor de un momento consigo mismo.

pintura