Ixrael Montes

Oaxaca, 1971

El mangal

A los 6 años de edad, Ixrael Montes descubrió que tenía talento para el dibujo y surgió en él el sueño de ser artista. Un sueño que, sin embargo, creyó inalcanzable. Continuó su vida entre la exuberante vegetación de la costa chica oaxaqueña, vacas, garzas, iguanas, perros y zanates, hasta que emigró buscando un proyecto de vida.

Ixrael Montes tenía 19 años cuando llegó a la capital oaxaqueña para estudiar artes visuales en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y ser discípulo de Shinzaburo Takeda. Desde entonces su obra ha evolucionado, buscando nuevas formas, texturas y colores.

En su pintura hay orígenes del arte africano, influenciado por las máscaras que se usan en los carnavales de la costa chica. También hace alusión a escenas cotidianas que pasan desapercibidas por la mayoría de las personas. Hay ironía en su juego con los personajes.

Ixrael Montes recurre constantemente a imágenes de animales y paisajes de su niñez, su “paradójico egoísmo”, como él le llama a su particular modo de ver y sentir la vida.

Pintura