Debajo de la corteza de un árbol sólo está la noche. Las fibras esperan ansiosas contar sus historias; fibras y corteza dan certeza de lo que deberá contarse a través de la mano del artista.
El trabajo de Niko Kyöstiö evoca a aquellos que hicieron del amate un lienzo para el diálogo constante. Sus formatos reflejan el dominio de una material que nunca perderá su esencia salvaje ni la necesidad de volver al origen.
Su obra apela a la observación constante; nos invita a quebrar la incapacidad de abrazar con la primera mirada todo lo que está frente a nosotros.
Niko Kyöstiö envía esa primera mirada a esconderse como niño detrás de la segunda… porque es a partir de ésta que todo el universo se expande.