El concepto del arte como terapia se basa en la idea de que el proceso de creación artística puede tener beneficios significativos. Una idea que defiende la pintora oaxaqueña María Sandoval, cuyas obras coloridas, lúdicas y alegres la han ayudado a atravesar dificultades en su vida.
“Quienes me conocen me dicen preséntame a tu terapeuta, porque me ven contenta. Yo soy de un pueblo por Juquila lleno de plantas, flores, animales. Crecí con mis padres y fui una niña muy feliz. Eso es lo que plasmo en mi trabajo porque quiero que mis hijos lo vean y se sientan orgullosos de su mamá. Quiero que vean que a pesar de todo estoy feliz y que deseo que ellos sean felices también”.
Nacida en Peñas Negras, en 1971, María Sandoval estudió una carrera técnica en Administración de Empresas, pero fue el arte lo que la atrapó a los 20 años. Ingresó al Taller Rufino Tamayo cuando Juan Alcázar era director, y tomó clases de dibujo y acuarela con el maestro Shinzaburo Takeda.
Tras un periodo lejos de lienzos y papeles, hace cuatro años María Sandoval retomó los pinceles. Inspirada en los alebrijes, se dedica ocho horas al día, excepto los domingos, a crear óleos, gouaches y acuarelas.
“Trato de de estar de buen ánimo para que salga algo bonito. Eso es lo que quiero proyectar, el disfrute de la obra, del trabajo. Soy perfeccionista. De que me meto ahí se me pasan las horas, a veces la espalda ya no la aguanto pero es mi pasión. Quiero hacer cerámica, grabado, escultura en bronce, porque todas las técnicas me encantan”, comenta.
El arte como terapia de grandes exponentes de la pintura
A María Sandoval el arte le permite proyectar lo que ve, lo que siente, lo que piensa. De esta forma, puede expresar sus emociones y vivencias, al tiempo que experimenta el autoconocimiento. Lograr algo tangible y recibir reconocimiento le ayuda a mejorar su autoestima.
“Yo a María no la quería. Pero llegó un momento en que dije si no amas tu a María quién la va a amar. Entonces la tuve que rescatar, me puse a trabajar y a pintar para quererla y conocerla de pelo a uña”, indica.
Como ella, a lo largo de la historia diversos artistas han encontrado en el proceso creativo una forma de terapia personal. Por ello, su arte no sólo es testimonio de su talento, sino de sus luchas y resiliencia.
Frida Kahlo, por ejemplo, a través del arte expresó su dolor físico y emocional. Vincent van Gogh lo utilizó para lidiar con sus problemas de salud mental. Yayoi Kusama, Edvard Munch, Mark Rothko y Georgia O’Keeffe son otros de los artistas que han creado obras para plasmar sus angustias, obsesiones y traumas. Todo ello en busca de la paz interior.
Fomentar el desarrollo de habilidades sociales y la empatía, así como mejorar la función cognitiva son otros de los beneficios del arte. Por ello cada vez más se le reconoce como una herramienta poderosa y versátil para mejorar la salud mental y emocional.