Calle de la Reforma 407
Col. Centro, 68000
Oaxaca de Juárez, Oax.
Lunes – viernes: 9 – 20 hrs.
Sábado: 10 – 20 hrs.
Domingo: 12 – 18 hrs.
En Oaxaca, cada piedra, cada hoja, cada sombra es una obra de arte en sí misma.
El arte oaxaqueño es una celebración de la vida y de la muerte; una mezcla de alegría y melancolía que se expresa en cada obra.
La gráfica en México es impresionante, pero sobre todo en Oaxaca, por eso muchos extranjeros vienen aquí a estudiar. Oaxaca es una meca para el arte.
El material no importa mucho ni la técnica. Casi podría decir que la técnica no tiene que ver con el arte; puedes hacer arte con polvo, con basura, y eso se vuelve técnica.
El arte popular oaxaqueño es una manifestación viva de la identidad cultural del pueblo, una expresión de su historia, sus creencias y su forma de ver el mundo.
Sergio Hernández traduce los mitos a un impresionante imaginario plástico, pues crea una multitud de personajes y símbolos pictóricos que viven en un mundo maravilloso, aunque aterrador.
Puedes aprender a dibujar, a pintar, pero manifestar tu creatividad es completamente diferente; es propio de una persona. Por eso cada artista tiene sus propios conceptos; todos son distintos y válidos.
No me atrevo a decir que soy artista. A lo mejor soy un obrero, un trabajador de la cerámica, de la escultura, de la piedra, un hacedor… El tiempo lo va a decir.
En este tiempo de nuevas tecnologías, de inteligencia artificial, las artes plásticas dialogan con la tradición para proponer un futuro más humano, justo y glorioso.
Hay puristas del arte, yo lo fui en su momento. Creo que primero se debe dominar la técnica para después experimentar. El artista es como un niño, está en constante experimentación.
He aquí el diálogo de la materia conformada, la que nace cuando se reúnen los elementos: fuego, aire, agua y tierra.
La materia modelada recorre el inframundo oscuro del vientre/ horno, donde la energía hierve y los elementos vuelcan la incertidumbre de lo humano en la condición salvaje del fuego.
El aire resuelve las piezas con torneados sutiles. El agua abraza y rescata todo aquello a lo que le corresponde una segunda vida. La tierra renueva la naturaleza y el fuego protege lo que llamamos arte.
Cuatro corazones laten a más de 1280 grados. Seamos testigos de que la tierra de donde hemos venido nunca desaparece, sólo se modela por quienes poseen el don de recibir mensajes del fuego eterno.
Del 8 de noviembre al 8 de diciembre de 2024
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