Emiliano López JAvier

San Bartolo Coyotepec, 1979

EMILIANO LÓPEZ JAVIER_50 X 30 CM_ÓLEO SOBRE TELA_2018_$40

Desde muy pequeño Emiliano López Javier comenzó a interesarse por el arte, ya que proviene de una familia donde la creatividad se desborda. Su madre y su hermano Maximino López Javier también se dedican al arte; de hecho, fue este último quien le sugirió migrar a la Ciudad de Oaxaca para estudiar en el Taller Rufino Tamayo.

Si bien desarrolló sus primeros dibujos rodeado de naturaleza, ríos y una tierra fértil donde ayudaba a su padre en los campos de hule, su experiencia en la capital oaxaqueña como estudiante de arte lo llenó a tal grado, que supo que ese sería su mundo el resto de su vida.

Era la década de 1970 y desde entonces Emiliano López Javier ha creado obras echando mano del imaginario de su infancia. Conforma cada una de sus pinturas y gráficas con una vastedad de elementos que le recuerdan de dónde viene. El resultado es una zoología fantástica llena de color, su gran “enemigo”.
Este artista pinta por luz no por color. Su daltonismo le impide poder diferenciar realmente un amarillo claro de un verde claro, un azul intenso de un morado, un rojo de un café. Sin embargo, esa lucha constante con los colores es también su libertad creativa. Ha adaptado su forma de ver a su forma de pintar.

Por ello, en 1980, antes de egresar del Taller Rufino Tamayo, el trabajo de Emiliano López Javier empezó a formar parte de exposiciones colectivas, entre ellas una celebrada en la Galería Tierra Adentro, en la Ciudad de México. A partir también de exposiciones individuales, éste ha recorrido el país y llegado a otros continentes.

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