Alejandra Villegas
Ana Santos
Argelia Matus
Catherine Hemenway
Cristina Luna
Diega Amador
Edith González
Esther León
Gilda Genis
Inés Lara
Itzmalli Coca
Ivonne Kennedy
Judith Ruíz
Linda Harbert
Luna Ortiz
Máries Mendiola
María Harrinzón
María Sandoval
Mercedes López
Natali Terán
Pily Gómez
Pita Wild
Rocío Figueroa Barraza
Siegrid Wiese
Soledad Velasco
Yari Montes
En el mismo barco es un proyecto expositivo que reúne a 26 artistas mujeres quienes, a iniciativa de la pintora Judith Ruiz, decidieron congregarse para navegar juntas en esta exhibición de pintura, escultura y obra hecha en papel.
Toda exposición de mujeres remite, inevitablemente, a la pregunta primigenia del ¿por qué?, ¿por qué sólo de mujeres? Esta interrogante reactualiza, a su vez, la problemática, todavía vigente al día de hoy, en pleno siglo 21, de las condiciones culturales, históricas, políticas, sociales, así como emocionales y de mercado, en las que se enmarca la labor creativa de las artistas.
Y es que, al igual que en las demás esferas del quehacer social, en el ámbito del arte se reproducen también las brechas estructurales por razón de género, mismas que limitan las oportunidades para la plena profesionalización de la artista y/o su acceso a entornos prestigiosos de validación.
Lo interesante de todo esto, donde vale la pena detenerse y poner el énfasis, es el hecho de que en respuesta a estas condiciones iniciales desfavorables, las mujeres artistas —lejos de claudicar— han ido desarrollando a lo largo de los últimos años múltiples estrategias de promoción para dar a conocer su trabajo.
Son estrategias que enriquecen en mucho las lógicas y los relatos convencionales de circulación y difusión del arte, y que se enmarcan, principalmente, dentro de un concepto clave: la colectividad.
Lejos de fundamentalismos o dicotomías excluyentes, la colectividad puesta en práctica por las mujeres creadoras se caracteriza por su constructivo equilibrio entre la pluralidad y la individualidad.
No estamos ante una colectividad que engulle y anula la singularidad de cada integrante; todo lo contrario; es una práctica arropadora que genera escenarios para que las diferentes identidades individuales eclosionen, no ya de modo solitario y aislado del grupo, sino dentro del mismo, acuerpándolas, sosteniéndolas y permitiéndoles ser en su mismidad.
A la vez, es una práctica que encierra un gran sentido político, en tanto se muta automáticamente en un acto de artivismo que reafirma a las artistas como sujetas creadoras.
En este marco, se entiende la proliferación en Oaxaca de innumerables colectivos de mujeres artistas o, como en este caso, de iniciativas puntuales de carácter grupal, que en alianza con escritor@s, gestor@s y demás gestador@s de sueños, han irrumpido en los espacios para mostrarse y, sobre todo, para quedarse. En esta ocasión, llegaron en barco…
Alessandra Galimberti
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