Isidro Hernández

Oaxaca, 1988

Abundancia

La pintura de Isidro Hernández contiene una fuerte simbología a través de figuras que representan el concepto del eterno retorno enunciado por la filosofía estoica. Sus escenas inverosímiles alternan entre lo improbable del realismo mágico y lo imposible del surrealismo.

En su gráfica y pintura, animales como toros, caballos, rinocerontes y elefantes le permiten comunicar sus diálogos internos. Son metáforas de colores más fríos que cálidos, vibrantes, donde emoción y técnica académica se complementan. Las composiciones y el uso de materiales, como tierras, revelan un talento que ha evolucionado desde la infancia.

Durante sus años de bachillerato en su oriundo San Pablo Huitzo, Isidro Hernández fue acogido por el maestro Enrique Flores como aprendiz en su taller. Fue él su constante guía en el aprendizaje de grabado en metal, xilografía, acrílico y linóleo. Posteriormente, al estudiar artes plásticas en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, los maestros Raúl Herrera y Shinzaburo Takeda también lo instruyeron en pintura y grabado, respectivamente.

Además de haber sido subdirector de la Casa de la Cultura de San Pablo Huitzo, ha impartido cursos de grabado en el Pratt Fine Arts Center, en Seattle, Estados Unidos.

pintura

Gráfica