Originario de San José de la Montaña, en Lempira, Honduras, Mateo Pineda explora temas como la migración —aspecto fundamental en su discurso y en su vida—, la protección, la mirada implacable de la sociedad, los juegos infantiles, los recuerdos de su infancia y las diversas modalidades del amor. Todo ello desde una perspectiva colorida, surrealista e influenciada por el cubismo.
En sus obras predominan formas orgánicas, abultadas, redondas, que se funden a través de líneas o “suturas” con fondos de colores.
Mateo Pineda propone explorar conceptos como guardián y libertad por medio de sus personajes tan únicos y dotados de intriga en sus expresiones.
El acrílico ha sido la técnica ideal para que este joven artista resuelva sus producciones creativas, ya sea en terminados opacos o brillantes.
Tras su llegada a México, ha sido parte parte de diversas exposiciones colectivas.
“Mi vida cambió de forma irreversible cuando, montado en ‘La Bestia’, llegué a México, a Piedras Negras, Veracruz. No tenía idea de lo que serían mis próximos años, lo único que tenía claro era que debía migrar. Por eso entiendo la necesidad de la gente que se siente forzada a dejar su país, y todo lo que conoce para seguir el camino de las estrellas que guíen a su sueño. La migración debería de ser un derecho humano irrevocable”, comenta.
Con un espíritu cándido, una mirada introspectiva y un carácter observador, Mateo Pineda sigue sus propios procesos de búsqueda y reflexión, mismos que lo han llevado a cambiar de manera drástica su producción creativa y su vida.