He aquí el diálogo de la materia conformada, la que nace cuando se reúnen los elementos: fuego, aire, agua y tierra.

La materia modelada recorre el inframundo oscuro del vientre/ horno, donde la energía hierve y los elementos vuelcan la incertidumbre de lo humano en la condición salvaje del fuego.

El aire resuelve las piezas con torneados sutiles, móviles. El agua nunca abandona lo que lleva dentro; abraza y rescata todo aquello a lo que le corresponde una segunda vida. La tierra susurra la historia de un elemento que renueva la naturaleza y el fuego nunca ha dejado de proteger a lo que llamamos arte.

Cuatro corazones laten a más de 1280 grados; son mensajeros entre la materia y el calor. Seamos testigos de que la tierra de donde hemos venido nunca desaparece, sólo se modela por aquellos a los que la vida les brinda el don de recibir mensajes del fuego eterno.